domingo, 22 de febrero de 2009

El río de la desolación III


"Estaba infectado de Plasmodium falciparum, la clase de malaria que produce el cien por cien de las muertes. Llevaba nueva días con la enfermedad a cuestas, mis riñones habían cesado de funcionar y mi sangre estaba invadida de urea. Tan sólo cabía intentar una o dos hemodiálisis de emergencia"

La malaria, también denominada fiebre palúdica o paludismo, es una enfermedad infecciosa que "transmite la picadura de la hembra del mosquito anófeles cuando se encuentra en estado de gestación. Para alimentar los huevos que lleva en su vientre, necesita de sangrey, al picar, inocula la malaria a través de la saliva (...) Al entrar el parásito en el cuerpo del animal picado, viaja directamente al hígado y allí comienza su multiplicación. Una vez crecidas, las larvas salen en busca de alimento, devorando los glóbulos rojos. Son como un ejército de marabuntas en la selva o una plaga de langostas sobre una cosecha: arrasan el organismo infectado, contaminan y destruyen todos sus órganos, y acaban matando a través de una parálisis del cerebro"

"Vi en mis alucinaciones a la bacteria de la malaria (...) que avanzaba dentro de mí, haciendo estallar glóbulos rojos (...) Yo no lo sentía enemigo ni desagradable. Hacía bien su trabajo."

"Mi percepción del exterior era extraña, y continuó siéndolo muchos días espués de dejar el hospital. Me sentía zurdo, sabiéndolo que no lo era (...)i maginaba que los pelos de la barba me nacían del revés, hacia adentro, y lo mismo me sucedía con las uñas. Pensé que me había vuelto vizco y creía que, si bajaba de la cama y echaba a andar, mis pies se irían hacia fuera y caminaría como un pato (...) El espacio (...) se me hacía estrecho. los movimientos de la gente me parecían muy lentos y previsibles (...) los acontecimientos parecían haberse producido antes del momento en que en realidad estaban sucediendo. Tenía la existencia detrás de mí, no enfrente."

1 comentario:

Lolita blues dijo...

Entre mis peores pesadillas están la de que se me muevan y finalmente caigan los dientes y la de querer correr y no poder hacerlo o salir descalza a la calle y no poder caminar por miedo a herirme...

Ufff, qué mal rollo... menos mal que luego uno se despierta y retoma el ritmo de la vida y su estabilidad dental!

oh no, he borrado el entrante de la cabecera