jueves, 30 de octubre de 2008

Una noche de meigas


Heeee, aún sigo viva.

Ya, hace bastante que no escribo pero veréis, es por disonancia con el tiempo y baja y mínima constancia.

Mañana de noche es el día de Todos los Santos o, para el comercio y el consumo, el día de Halloween y, aquí en Alcalá, lo vamos a celebrar. Y es cierto, yo ya estoy un poco cagada; pero, no os engañeis, no es por los monstruos, fantasmas, jokers, muertos o zombis, gamberros, muñecos diabólicos o locos que pueda encontrar en la calle, es porque me ha tocado recitar el conxuro ante una veintena de personas, todas ellas disfrazadas y la gran mayoría desconocidas, un niño y un perro. Es para temblar. La timidez me hace flan. Y entonces la voz canta como un pájaro atragantado. Mucho me temo que antes de ir a la fiesta me voy a tomar un chupito de tequila. La tila no me hace efecto ninguno. Ni la manzanilla y similares. jiji.

Peque, ya sabes que si fallo tu me sustituyes...prepara la tv.

Raq., mantén alejados al niño y al perro y aquellas personas sensibles a la oscuridad.

Oso, al principio no te creía, ahora sí, serás único entre tanto degenarado.


oh no, he borrado el entrante de la cabecera