jueves, 5 de febrero de 2009

El río de la desolación II


"Una noche mientras cenábamos, llovía a mares sobre la cabaña. Era una tormenta furibunda y no parecía amainar. múltiples goteras atravesaban el techo de nuestro refugio.
-¿Seguirá así mucho tiempo?-preguntamos a Clever.
-Depende si el lluvia-hombre o lluvia-mujer-respondió.
-¿Y eso?
-La lluvia-mujer llora un rato y luego para, y vuelve a llorar y a parar. Y así pasa toda la noche, llorando y parando. La lluvia-hombre llora una vez y bien fuerte; y luego ya no vuelve a llorar."

2 comentarios:

sandra dijo...

un articulo precioso meigiña!! muy tierno me encanta!!
pues estoy donde siempre en mi nube azul :p jiji nah mi niña estoy en cazita asique a ver si nos vemos un diilla que juu se te exa de menos preciosa,la verdad que estos dias estoy algo atareá pero sacaré un ratejo para llamarte e irnos a dar una vueltecika.
besossss

Lolita blues dijo...

Mmm... yo se de hombres que lloran a raudales, ahora que no creería en su existencia si no los hubiera visto. Por ejemplo, el hermano de Juan: parece muy rudo y muy machote pero se derrite en mil lágrimas por cualquier cosa, es muy sentimental, y, la verdad, el contraste llama la atención. Cuando me conoció se emocionó porque decía que era muy bonito que nos quisiéramos tanto y que hacíamos muy buena pareja (y lloraba a moco tendido, se tuvo que ir a enjugar las lágrimas, muy fuerte).

Cosas que pasan.

oh no, he borrado el entrante de la cabecera