
Las novelas no me gustan tanto como los libros de viaje, de la gente que se dedica a narrar un poco la historia de los sitios por donde pasa y las aventuras que le acontecen. Por estas razones estoy volviendo a releer el libro de Javier Reverte, El rio de la desolación, que trata sobre el viaje que hace el autor por el Amazonas. Entre las curiosidades que me he encontrado en sus primeras páginas es el origen de la sífilis. Atención, porque tiene miga. Cito textualmente: la llama dejó un histórico legado en carnes españolas: la sífilis que se extendió como lengua de fuego por el resto de Europa. La llama, al parecer, tiene el sexo muy parecido al de la hembra humana y los solitarios soldados de los territorios imperiales de América desahogaron sus pasiones con este largirucho y desgradecido ovejón que, quizás como venganza por tanto abuso, les contagiaba la enfermedad. A mi país le cabe la gloria de que, durante siglos, la sífilis hay sido conocido en el mundo entero como "el mal español".
Tan desgraciado origen me hace preguntarme por el origen de las demás enfermedades de transmisión sexual...Ugg, la imaginación es demasiado fuerte. Pobres animales. Incautos humanos.
Os seguiré añadiendo citas de tal libro si encuentro material tangible, instructivo, inexplorado, curioso, ameno... y bla bla