lunes, 9 de junio de 2008

Lo indescifrable

En otros tiempos, en Egipto o en Roma, en la España en que pintaba Velázquez, en la Holanda de Rembrandt o de Vermeer, la pintura o la escultura se ocupaban de invocar la existencia humana, el misterio de la identidad , lo que quieda revelado o permanece indescifrable en unos ojos abiertos. De esta tarea, que por algún motivo el arte moderno parece haber abandonado, sólo sigue ocupándose la fotografía, La fotografía, inventada tan tarde, resulta ser así el arte más primitivo, el que ahonda más en lo sagrado: el estudio del fotógrafo está tan lleno de sortilegios como una cámara funeraria egipcia, y sus herramientas se parecen, en la pericia y en el secreto con que son manejadas en la oscuridad para preservar de la muerte una presencia humana, a las que usarían en Egipto, los embalsamadores o los escultores de la tumba.
cito textualmente de Ventanas de Manhattan, Antonio Muñoz Molina.

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